Necesario crear un modelo de desarrollo incluyente, no sólo contener la migración: expertos

Ciudad de México, 21 de mayo de 2021. Durante el webinar “Diálogo sobre migración: El complejo caso de México, Centroamérica y Estados Unidos”, organizado por la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), Hugo Beteta, Michael Piore, Clemente Ruiz Durán y Roberto Escalante coincidieron que para resolver el fenómeno migratorio no basta con contenerlo, sino crear un modelo de desarrollo incluyente tanto en México como en los países de Centroamérica.

Hugo Beteta, director de la Sede Regional México de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), explicó que se requiere un cambio de modelo acorde al acelerado desarrollo tecnológico y que responda a los modelos de acumulación con modificaciones en el régimen de bienestar, es decir, un régimen universalista basado en derechos humanos y vinculado al empleo permanente. “Esto requiere un liderazgo esencial del Estado; nosotros no pensamos que el mercado lo pueda hacer solo espontáneamente, cuando se habla de que existen gobiernos corruptos lo que se tiene que hacer es que las Organizaciones No Gubernamentales y el sector privado intervengan”, afirmó.

Además, es muy importante que haya una política monetaria y cambiaria que favorezca el pleno empleo y no sólo la inflación, que es fundamental para el tema migratorio, pero también que favorezca un tipo de cambio más competitivo para evitar la llamada “enfermedad holandesa”. Una política macro compatible con este tipo de remesas puede tener efectos muy importantes, por ejemplo, que las remesas y los ahorros de los migrantes se multipliquen, creando una mayor capacidad adquisitiva y de inversión, y a la vez un incentivo para el retorno, aseguró Beteta. 

Y comentó que, en el caso de México, diversos estudios indican que el fenómeno migratorio no documentado está influenciado por la demanda laboral de Estados Unidos y por la existencia de redes familiares que facilitan la llegada de trabajadores, todo esto enmarcado en una transición demográfica mexicana donde hay un envejecimiento y menos jóvenes, con lo cual las presiones demográficas son muy diferentes a las que viven en Guatemala y Honduras.

Las brechas de productividad entre Centroamérica y Estados Unidos se han mantenido por 40 años, pero la violencia y el cambio climático las ha acrecentado. El enfrentamiento armado interno, en los casos de El Salvador y Guatemala, aunado a la violencia política en Honduras, provocó nuevas formas de violencia hacia los jóvenes urbanos y las mujeres. Por otro lado, a la estabilidad política, muy evidente en el caso de Nicaragua, pero también en otros países, ha cambiado el patrón migratorio de hombres en edad productiva a familias enteras, por lo que es importante entender cómo se toman esas decisiones. “Siempre hemos pensado que la dinámica de la renta y los ingresos es lo que impulsa a la gente a migrar, pero es claro también que la minimización de riesgos es importante, no sólo se trata de incrementar las rentas sino, en ausencia de protección social generalizada, esta creciente exposición a riesgos nos hace preguntarnos las causas de la migración”.

“Sabemos que los muy pobres no migran porque se encuentran en un círculo vicioso en el cual no tienen recursos para migrar, sin embargo, hay estratos que toman la decisión de minimizar los riesgos y tal vez alguien de la familia emigra; lo que no entendemos son los patrones de desigualdad, es decir, cuando el ingreso medio evoluciona, pero sin redistribuir. ¿Cuál es la dinámica migratoria? es muy evidente que muchas mujeres están migrando, más por razones de inseguridad, pero también por falta de autonomía económica y de libertad”, finalizó.

Por su parte, Michael Piore, profesor emérito del Massachusetts Institute of Technology (MIT), afirmó que Estados Unidos ha caído en un problema existencial en el que no sabe quién es, lo que se ve agravado por el fenómeno migratorio, el cual tiene varias narrativas, como la del expresidente Donald Trump, que implica negatividad en la migración de mexicanos a Estados Unidos, mientras que la otra narrativa es la del presidente Joe Biden, que señala que los Estados Unidos es una nación de inmigrantes, un país democrático, de bienestar social.

Señaló que es importante visualizar los dos tipos de migraciones que se han desarrollado, una donde existen más riesgos, donde las personas llegan a ser víctimas de las inclemencias del tiempo, de la violencia, de los llamados “coyotes” y otra en que existe más conocimiento, recursos y menos riesgos.

“Es importante subrayar que este tipo de fenómenos de migración se han vivido con anterioridad a lo largo de la historia, ejemplo de ello es la migración cubana a Miami o la migración de judíos europeos en el siglo XIX a Estados Unidos, por lo que el fenómeno de la migración no es algo nuevo”, afirmó Piore.

“El manejo de la política de migración dependerá de la habilidad de la administración Biden de articular una visión humanitaria desde el punto de vista de Estados Unidos. Actualmente existe presión para el gobierno de aceptar la llegada de familias enteras migrantes con visas temporales, pero el resultado de eso será una nueva generación de migrantes sin documentos que se quedarán en el país, una nueva generación de trabajadores indocumentados, lo que se convierte en un problema mayor para el país y para México y Centroamérica, aunque actualmente sí existe la capacidad por parte de Estados Unidos de absorber económicamente a los migrantes ya que no hay recesión”, aseguró.

Sin embargo, otro de los problemas, indicó el especialista, es la organización de una migración de personal con habilidades: “existe una presión de empresas de tecnología que busca una migración de trabajadores calificados, lo que se suma al problema de la movilidad dentro de Estados Unidos, provocando fuertes presiones hacia la segunda generación de migrantes, quienes ya no podrán encontrar oportunidades de empleo ni de moverse dentro del país por la falta de documentos”, comentó.

En su intervención, Clemente Ruiz Durán, profesor e investigador del Posgrado de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que durante la administración de Donald Trump hubo un retroceso en el pensamiento de cómo llevar a cabo el proceso de migración y “México erróneamente aceptó el papel de tercer país seguro para frenar la migración de Centroamérica hacia Estados Unidos, es una aberración al sistema. Trump dejó instaurado un sistema sumamente dañino, no sólo en los hechos sino en el pensamiento de cómo se debía responder a los problemas de migración”.

“La idea sería que existiera una reconstrucción en Centroamérica y México que nos permitiera aprovechar a nuestra gente, lo que no estamos logrando; las políticas son insuficientes, desde cualquier perspectiva”, lamentó.

“En México la política no ha impulsado nuevas inversiones ni la economía y, ante esta situación, los mexicanos tienen que migrar, lo que tiene que ser una reflexión de cómo se dispararon las cifras de migración, no sólo en Centroamérica. La política actual tendría que crear fuentes de trabajo, atender el cambio climático, cambiar el modelo de generación de energía, porque de no ser así, aumentará más la migración. Se necesita una política de construcción de nuevas posibilidades y desarrollo; la población sigue creciendo y las posibilidades no se están dando, la única respuesta es una fuerte inversión; se tiene que hacer una buena reforma fiscal, una política de mayor gasto público y de mayor inversión pública y privada”, concluyó Ruiz Durán.

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