COSTA RICA, septiembre 2021, UNA
Su nombre, Plinia costaricensis, rinde homenaje al bicentenario de la independencia del país. Fue hallada en el proyecto hidroeléctrico Balsa Inferior de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, ubicado en Bajo Rodríguez, en San Ramón de Alajuela.
A principios de año el ingeniero forestal Erick Hernández, encargado del control de vegetación en el sistema de distribución del proyecto Hidroeléctrico Balsa Inferior de la Compañía Nacional de Fuerza Luz (CNFL), realizaba sus labores cotidianas cuando observó un fruto que le pareció particular. “Parte del mantenimiento que se hace es podar los árboles que están próximos a las líneas eléctricas, con el fin de evitar interrupciones en el servicio eléctrico, cuando iba por este sector me encontré este árbol particular que estaba con frutos, me llamó la atención porque nunca lo había visto, tomé una muestra y lo envié al Herbario Juvenal Valerio Rodríguez para que ellos me ayudaran a identificarlo”.
A partir de este momento, los investigadores Maynor Carranza Varela y Pablo Sánchez Vindas, se dieron a la minuciosa tarea de identificar esta especie. “Iniciamos un proceso de consulta con los compañeros, en este caso con Pablo que es experto en Myrtaceaes, consultas en línea y herbarios a nivel de Mesoamérica, el Caribe y la Amazonía de manera que vayamos vislumbrando, cuál especie podría ser, porque suponemos en principio que es una especie conocida, pero tenemos que hacer el proceso de descarte en su totalidad”, afirma Carranza.
Con base en las características de la planta, los investigadores se dan cuenta de que es del género Plinia. “En este caso tenemos la semilla divida en dos cotiledones, es decir que es del género Plinia, hay más de 50 especies en América, todas hay que revisarlas, ahora que tenemos la posibilidad de hacerlo por internet, e incluso pedir algunos ejemplares”, explicó Sánchez.
Luego de varios meses de estudio, y saber que es una especie nueva se le asigna un nombre. “Comenzamos a buscar si existía una Plinia con nombre de Costa Rica, y como no existe, decidimos dedicársela al país en conmemoración de la celebración del bicentenario de su independencia (1821-2021) y por eso la llamamos Plinia costaricensis”, explicó Carranza.
Similar al mango
La floración de este árbol se da entre abril y junio y sus frutos se observaron en los meses de julio y agosto. Hasta el momento, esta es una especie endémica para el país, conocida únicamente en la localidad de Bajo Rodríguez en San Ramón, principalmente al margen del río Balsa, donde se ubica el Proyecto Hidroeléctrico Balsa inferior.
Sus frutos son comestibles, y en su hábitat, serían consumidos por zarigüeyas o zorros pelones, guatusas, saínos, ardillas, viuditas o tangaras azules, yigüirros, sargentos, y mariposas de diversas especies que se alimentan de frutos en descomposición.
“Este fruto tiene un sabor semejante al mango, y es un fruto que tiene mucho potencial para que pronto esté en los mercados como su primo Plinia edulis de Brasil. Eso es lo que la UNA en conjunto con la CNFL van a investigar para buscar cómo fitomejorarlo y poderlo comercializar”, detalló Sánchez.
Para Roy Guzmán, director de Estrategia y desarrollo de negocio de la CNFL, este tipo de sinergias entra la academia y una empresa pública del Estado, permite que se agregue valor a las actividades que desarrollan ambas instituciones. “La CNFL desde que planificó la construcción de esta planta hidroeléctrica y otra plata que se denomina Daniel Gutiérrez que está aguas arriba en la cuenca del río Balsa, se planteó la necesidad de proteger los sectores aledaños a la cuenca con el fin primordial de proteger el recurso hídrico que es con el cual nosotros generamos energía eléctrica y que nos permite satisfacer la demanda de nuestros clientes. Con situaciones como la que se dio en esta ocasión que encontramos una especie endémica que de forma colaborativa con la Universidad Nacional logramos detectarla, documentarla e inscribirla como tal, nos permite darle a la sociedad no solamente la posibilidad de conocer una especia nueva de la cual ya los técnicos y profesionales se encargarán de ver la potencialidad de la misma, sino también poner a disposición de la sociedad costarricense a través de este tipo de investigaciones de la Universidad Nacional, el potencial que tiene esta zona de nuestro país y la protección de la misma por parte de la CNFL”.
Para la regente ambiental de esta planta hidroeléctrica Marianela Barquero, este sitio se vuelve un punto importante para el descubrimiento de nuevas especies. “Esta zona es donde convergen cuatro zonas de vida, por lo que se vuelve un nicho muy rico para encontrar especies que vemos en la vertiente Atlántica y la vertiente Pacífica, los cambios en la temperatura, los suelos y la dispersión de semillas por parte de las especies nos permiten estos movimientos. “Para la CNFL representa un reto, ya sabemos que teneos esta especie y sabemos que puede haber muchas más porque hemos observado especies raras y de ahí la importancia de la conservación”.
Carranza afirmó que están trabajando en la publicación de dos nuevas especies en la misma zona.
Fuente: Universidad Nacional de Costa Rica
Biodiversidad y cambio climático | Centroamérica | Ciencia y Tecnología | Costa Rica
(UNA) Científicos dedican nueva especie de árbol a bicentenario de la independencia
COSTA RICA, septiembre 2021, UNA
Su nombre, Plinia costaricensis, rinde homenaje al bicentenario de la independencia del país. Fue hallada en el proyecto hidroeléctrico Balsa Inferior de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, ubicado en Bajo Rodríguez, en San Ramón de Alajuela.
A principios de año el ingeniero forestal Erick Hernández, encargado del control de vegetación en el sistema de distribución del proyecto Hidroeléctrico Balsa Inferior de la Compañía Nacional de Fuerza Luz (CNFL), realizaba sus labores cotidianas cuando observó un fruto que le pareció particular. “Parte del mantenimiento que se hace es podar los árboles que están próximos a las líneas eléctricas, con el fin de evitar interrupciones en el servicio eléctrico, cuando iba por este sector me encontré este árbol particular que estaba con frutos, me llamó la atención porque nunca lo había visto, tomé una muestra y lo envié al Herbario Juvenal Valerio Rodríguez para que ellos me ayudaran a identificarlo”.
A partir de este momento, los investigadores Maynor Carranza Varela y Pablo Sánchez Vindas, se dieron a la minuciosa tarea de identificar esta especie. “Iniciamos un proceso de consulta con los compañeros, en este caso con Pablo que es experto en Myrtaceaes, consultas en línea y herbarios a nivel de Mesoamérica, el Caribe y la Amazonía de manera que vayamos vislumbrando, cuál especie podría ser, porque suponemos en principio que es una especie conocida, pero tenemos que hacer el proceso de descarte en su totalidad”, afirma Carranza.
Con base en las características de la planta, los investigadores se dan cuenta de que es del género Plinia. “En este caso tenemos la semilla divida en dos cotiledones, es decir que es del género Plinia, hay más de 50 especies en América, todas hay que revisarlas, ahora que tenemos la posibilidad de hacerlo por internet, e incluso pedir algunos ejemplares”, explicó Sánchez.
Luego de varios meses de estudio, y saber que es una especie nueva se le asigna un nombre. “Comenzamos a buscar si existía una Plinia con nombre de Costa Rica, y como no existe, decidimos dedicársela al país en conmemoración de la celebración del bicentenario de su independencia (1821-2021) y por eso la llamamos Plinia costaricensis”, explicó Carranza.
Similar al mango
La floración de este árbol se da entre abril y junio y sus frutos se observaron en los meses de julio y agosto. Hasta el momento, esta es una especie endémica para el país, conocida únicamente en la localidad de Bajo Rodríguez en San Ramón, principalmente al margen del río Balsa, donde se ubica el Proyecto Hidroeléctrico Balsa inferior.
Sus frutos son comestibles, y en su hábitat, serían consumidos por zarigüeyas o zorros pelones, guatusas, saínos, ardillas, viuditas o tangaras azules, yigüirros, sargentos, y mariposas de diversas especies que se alimentan de frutos en descomposición.
“Este fruto tiene un sabor semejante al mango, y es un fruto que tiene mucho potencial para que pronto esté en los mercados como su primo Plinia edulis de Brasil. Eso es lo que la UNA en conjunto con la CNFL van a investigar para buscar cómo fitomejorarlo y poderlo comercializar”, detalló Sánchez.
Para Roy Guzmán, director de Estrategia y desarrollo de negocio de la CNFL, este tipo de sinergias entra la academia y una empresa pública del Estado, permite que se agregue valor a las actividades que desarrollan ambas instituciones. “La CNFL desde que planificó la construcción de esta planta hidroeléctrica y otra plata que se denomina Daniel Gutiérrez que está aguas arriba en la cuenca del río Balsa, se planteó la necesidad de proteger los sectores aledaños a la cuenca con el fin primordial de proteger el recurso hídrico que es con el cual nosotros generamos energía eléctrica y que nos permite satisfacer la demanda de nuestros clientes. Con situaciones como la que se dio en esta ocasión que encontramos una especie endémica que de forma colaborativa con la Universidad Nacional logramos detectarla, documentarla e inscribirla como tal, nos permite darle a la sociedad no solamente la posibilidad de conocer una especia nueva de la cual ya los técnicos y profesionales se encargarán de ver la potencialidad de la misma, sino también poner a disposición de la sociedad costarricense a través de este tipo de investigaciones de la Universidad Nacional, el potencial que tiene esta zona de nuestro país y la protección de la misma por parte de la CNFL”.
Para la regente ambiental de esta planta hidroeléctrica Marianela Barquero, este sitio se vuelve un punto importante para el descubrimiento de nuevas especies. “Esta zona es donde convergen cuatro zonas de vida, por lo que se vuelve un nicho muy rico para encontrar especies que vemos en la vertiente Atlántica y la vertiente Pacífica, los cambios en la temperatura, los suelos y la dispersión de semillas por parte de las especies nos permiten estos movimientos. “Para la CNFL representa un reto, ya sabemos que teneos esta especie y sabemos que puede haber muchas más porque hemos observado especies raras y de ahí la importancia de la conservación”.
Carranza afirmó que están trabajando en la publicación de dos nuevas especies en la misma zona.
Fuente: Universidad Nacional de Costa Rica
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